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Mostrando entradas de enero, 2017

Con Amor, todo es posible

Dice Paulo Coelho, en su libro Como el Río que Fluye , que alguien un día le entregó un folleto donde estaba impreso una oración que él mismo había escrito y olvidado en el tiempo. Ésta es la oración: Señor, protege nuestras dudas, porque la Duda es una forma de rezo. Ella es la que nos hace crecer, porque nos obliga a mirar sin miedo las muchas respuestas a una misma pregunta, y, para que eso sea posible, Señor, protege nuestras decisiones, porque la Decisión es una forma de rezar. Danos valor para ser capaces, después de dudar, de elegir entre un camino y otro. Que nuestro Sí sea siempre un Sí y nuestro No sea siempre un NO, que, una vez elegido el camino, nunca miremos atrás ni dejemos que nuestra alma sea roída por el remordimiento y, para que eso sea posible, Señor, protege nuestras acciones, porque la Acción es una forma de rezar. Haz que el pan nuestro de cada día sea fruto de lo mejor que llevamos dentro de nosotros mismos, que podamos, mediante el trabajo y la Ac

Estados del Bienestar

He pasado dos veces por frente a la habitación contigua, donde se halla María, la brasileña, y estaba abierta. Me pareció no ver a nadie adentro excepto las maletas de sus dueñas (es un cuarto acomodado exclusivamente para las mujeres). Es una habitación al lado de la 132 donde me han ubicado a mí desde aquella noche del 22 de Diciembre, cuando me trasladaron desde el Albergue de Cuatro Vientos. Entonces me prometieron que sería una habitación con tres camas, compartiría la habitación solo con otros dos individuos y que aquellos serían personas que tienen mi mismo perfil . Finalmente, la habitación 132 no tiene 3 camas individuales sino 3 camas dobles , es decir, camas para 6 personas. He luchado mucho para ubicarme al lado de la ventana y controlar el filtro de aire que se mete en la habitación cada noche, mi única reivindicación. Me acuesto con la cabeza hacía ese resquicio, como si de una naciente de agua pura se tratara y yo fuera un pescado que sobrevive gracias a ese surgente.

Melancolía dominical

He despertado de mi letargo con los ecos de los gritos y carreras de los niños rusos que corren a sus anchas por los corredores del Hostal Welcome, en el sur de Madrid. Minutos mas tarde me hallo en el pasillo, al borde de una de las ventanas del primer piso y, esta vez veo a los niños correr frente a mi, una y otra vez. Me pregunto si lograré escribir algo en medio de esta atmosfera. A veces, el grupo se concentra en el otro ala del edificio, pero luego vuelven a aparecer desde la escalera de la izquierda, corriendo unos tras otros. Como si no conociesen el cansancio. En la sala de reuniones, siempre atestado de gente, cuando coinciden con los niños árabes, patean una pequeña bola de goma de un extremo a otro, conmocionandome, ya que se acercan peligrosamente a mi posición, yo, con el ordenador abierto. Ultimamente, para coger WIFI, excepto en muy contadas ocasiones, me siento en el suelo de la planta baja, lo suficientemente alejado de los demas pero sin perder el área de frecuenc

Un Mundo Hermoso

“Lo que pasó anoche incluso me avergüenza”, digo, empujando suavemente el vaso de zumo de naranja exprimida hacía adelante. Leo asiente con un gruñido, masticando el pan tostado con aceite de oliva que va engullendo junto al café con leche. Afuera cae la lluvia con intensidad y la televisión anuncia que está nevando en Rascafría y en El Escorial desde la medianoche. Le estaba relatando a mi interlocutor, al hallarnos en una de las mesas que recibe mucha luz de los grandes ventanales del Restaurante pegado al Hostal Welcome, el incidente que aconteció anoche en la sala de TV, una sala sin ventanas y lleno de gentes, especialmente aquellas que han llegado de África clamando refugio. Alguien había apagado la luz y cerrado la puerta, al filo de las once. Yo reacciono y me impulso hacia adelante, manifestando ira y decepción y, la luz se vuelve a encender y la puerta a abrir. Regreso a mi asiento, un banco pegado a la pared donde están mis cosas en un montículo, en el suelo, y sigo con l

Como el río que fluye.

Cuánto tiempo llevas viajando en bicicleta alrededor del mundo? Cuando empezaste ? Pese a haber empezado en Abril de 1991 un viaje en dirección a las montañas, en realidad, hoy día, considero que no tengo una fecha de comienzo y del final de mi viaje. Porque me he dado cuenta que ya no es un trecho programado como quizás alguna vez ha existido. Hoy no hay hoja de ruta, no presupuesto. No existe un destino final . Por ejemplo, ahora mismo no estoy en plan de aventura propiamente dicho. Permanezco en la gran ciudad, en Madrid. Pero siento que no he dado punto final a mi viaje. Además, si observo la naturaleza de mi experiencia actualmente, ya no es una acción asimilable desde un punto de vista netamente anecdótico, numérico. En realidad, nunca lo fue. Ha adquirido definitivamente una trascendencia espiritual, de peregrinaje. Me importa más el contenido que la forma. Quiero decir que ahora realizo expediciones selectivas en tiempos y espacios específicos. Son micro viajes en med